La playa Azedinha (Praia da Azedinha) es bastante pequeña y está justo al lado de su hermana mayor, la playa Azeda, separada únicamente por una roca. Es una de las playas más hermosas de Búzios, tranquila, con mar calmado, aguas cristalinas y mucha sombra gracias a los árboles. El lugar es perfecto para las familias, practicar kayak, paddle surf y bucear con snorkel. Al ser una playa pequeña, en temporada alta, días festivos y fines de semana, se llena mucho.

En Azedinha no hay chiringuitos, pero hay un bar con forma de barco que sirve cócteles deliciosos, además de algunos vendedores ambulantes.
¿Dónde está?
La playa Azedinha se encuentra en Búzios, en el estado de Río de Janeiro, Brasil. Está situada junto a la playa Azeda y es accesible a través de un sendero de piedras o por medio de un taxi marítimo.
Como llegar

La forma más común de llegar es por la escalera de madera que se encuentra después de la Playa dos Ossos (Praia dos Ossos). La escalera ofrece unas vistas preciosas de las playas Azeda y Azedinha. Al bajar, pasarás por la playa Azeda y seguirás un corto sendero de piedras que te llevará directamente a Azedinha.
Para quienes van en coche, taxi o Uber, deben dirigirse hasta la Plaza dos Ossos y luego continuar el camino a pie. Aunque no es muy largo, el recorrido es agotador por ser empinado. Otra opción para llegar a Azedinha es tomar un taxi marítimo desde la Playa dos Ossos.
¿Dónde alojarse?
En Azedinha no hay hoteles, por lo que los alojamientos más cercanos a esta playa se encuentran en la Playa dos Ossos. La mejor opción de hospedaje en la Playa dos Ossos es la Pousada Corsário, que cuenta con piscina, vistas al mar, servicio de playa, habitaciones amplias y una excelente atención.
¿Dónde comer?
En la Playa Azedinha no hay muchas opciones para comer, solo un chiringuito con forma de barco que sirve bebidas y comidas rápidas. Si deseas una mayor variedad de alimentos, ve a la Playa Azeda, donde hay más opciones de vendedores ambulantes, aunque tampoco cuenta con restaurantes.
¿Qué hacer?
Nadar y relajarse en el mar tranquilo.
Alquilar un snorkel para explorar la vida marina.
Practicar paddle surf.
Remar en kayak.
Tomar fotos preciosas.